Como? … nuestra emociones afectan a nuestra “forma de comer”  y como nuestra forma de comer afecta a nuestro “estado emocional”…
 

¿QUÉ ES EL COMER EMOCIONAL?
Comemos por soledad, aburrimiento, tristeza, depresión, ansiedad… esto es el comer emocional. Implica utilizar la alimentación como forma de manejarnos con estados emocionales generalmente desagradables y que nos resultan dolorosos o por lo menos no nos gustan.
Muy frecuentemente este comer emocional es relativamente inconsciente, es decir, sabemos que cuando nos sentimos mal comemos, pero normalmente no sabemos identificar la emoción o emociones que desencadenan el comer emocional o bien no sabemos cómo manejarnos adecuadamente con estas emociones sin tener que atiborrarnos.
El comer emocional no es malo de por sí, todos recurrimos a él de vez en cuando: si estamos tristes puntualmente no suele tener nada de malo recurrir a un dulce y un buen café (al menos que uno sea diabético, hipertenso o tenga alguna otra patología que hace inadecuado el consumo de estos alimentos); cuando tenemos algo que celebrar tomamos champagne y nos ponemos si cabe un poco más contentos; si nos ha dejado nuestra pareja en los primeros días y sin caer en excesos el chocolate puede ser un buen compañero… El problema está en cuando se cronifica esta forma de afrontar las emociones, en estos casos, además de no solucionar el problema, nuestra autoestima cae empicada y en mitad de la caída al pozo negro, en un momento dado mientras bajamos y bajamos nos topamos con nuestro peso que sube y sube kilogramo a kilogramo, así el drama está servido y como nos sentimos como un trapo nos autodescalificamos, agravando más el problema y comiendo más y más, hasta que uno toca fondo o se cansa de esta situación, toma medidas y decide gestionar las emociones de otra manera y todo sea dicho, de paso come menos y también comienza a solucionar el problema de sobrepeso.
Por otro lado, como todos sabemos por propia experiencia, cuando comemos emocionalmente no suele bastarnos con cualquier alimento, no, deseamos alimentos con alta palatabilidad, esto es, muy sabrosos, y estos alimentos suelen tener en común contar con muchas grasas, exceso de sal y/o azúcar, exceso de harinas refinadas y en muchos casos excitantes como la cafeína. Así se nos antoja zamparnos una bolsa de papas, pedir comida al chino, ir al burguer, comer cuches o engullir casi sin masticar un paquete entero de galletas.                                                                               Todos comemos emocionalmente, la cuestión es si esto constituye un problema de salud o no, y si usted tiene sobrepeso la respuesta es que probablemente sí. El Dr. Abramson, psicólogo e investigador que durante años sufrió sobrepeso debido al comer emocional indica en sus estudios que el comer emocional es característico del 84% de las mujeres obesas (Abramson, 1993) y el caso de los hombres parece ser similar. No es que el comer emocional sea el único factor que determina el sobrepeso pero sí sabemos que éste es un factor muy relevante y presente en la mayor parte de los casos.

Resumiendo, el comer emocional suele implicar un comer sin sentir hambre fisiológica, esto es, sin tener la sensación instintiva que indica que el cuerpo necesita alimentos. Simplemente con los alimentos buscamos sentirnos mejor y aliviar estados emocionales con los que nos cuesta manejarnos.

En esta conferencia se introducirá a las personas en en esta dinámica de consciencia y por lo tanto en el comienzo de una nueva forma de manejar nuestra alimentación y con ella nuestra vida!!!

Francisco y Sara, Psicologo y Licenciada en Nutrición respectivamente han fusionado sus experiencias y nos ofrecen una nueva visión y lo que es mas importante… Soluciones !!!

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La Conferencia se realizará en nuestra Sede de Montserrat…

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